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Channel: ARTÍCULOS, RESEÑAS LITERARIAS Y EXCURSIONES Carlos Bravo Suárez
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FARÁNDULA

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“Farándula”. Marta Sanz. Anagrama. 2015. 240 páginas.

Marta Sanz (Madrid, 1967) es una de las voces más destacadas de la literatura española actual. Doctora en Filología, autora de once novelas, un par de poemarios y el reciente ensayo “No tan incendiario” (Periférica, 2014), ha recibido diversos premios y ha desarrollado una activa y fecunda carrera en diferentes apartados del mundo de las letras como la edición o la crítica literaria. Su revalorada novela “Lección de anatomía”, publicada en 2009 por RBA, ha sido reeditada recientemente por Anagrama, que ha publicado también “Farándula”, la última narración de la escritora madrileña con la que ganó el año pasado el prestigioso Premio Herralde de Novela.

Como puede deducirse de su título, “Farándula” es una novela protagonizada casi exclusivamente por  gente del espectáculo, actores y actrices de diferente pelaje y condición. Unos, como Natalia de Vicente o Manuel Valls, en la cima del éxito; aunque, en el caso del segundo, lejos de la tranquilidad profesional. Otras, como Valeria Falcón y, sobre todo Ana Urrutia, en el declive de su carrera o en una situación de abandono que roza la indigencia. “Farándula” es una novela ácida, de un realismo que mezcla la crítica y la ironía y que destaca las contradicciones, bajezas morales y verdaderos intereses de unos personajes que, además de al mundo del espectáculo, pueden representar a la sociedad actual en su conjunto. La búsqueda y la consecución del éxito que supone el enriquecimiento económico y la mejora de las condiciones de vida y el abandono de los que ya no sirven y quedan orillados en el abandono, el ostracismo y la miseria. Natalia de Vicente encarna el éxito asociado al atractivo físico y al lanzamiento a través de un reality show televisivo. Ana Urrutia, la vejez desamparada y triste tras una vida dedicada al teatro sin ambiciones pecuniarias ni preocupación suficiente por proteger su futuro. “La vida del cómico se caracterizaba por la trashumancia y la zozobra económica”.

Otro personaje interesante de la novela es Manuel Valls, autor español de éxito que vive en pleno centro de París, con su compañera Charlotte Saint-Clair, “una bróker filantrópica” que lo mima y lo cuida y desconfía de las visitas de su marido a Madrid y de sus viejas compañeras como Valeria Falcón. Valls encarna las actitudes contradictorias de un artista moderno que vive en el lujo parisino y firma manifiestos de contenido social contra el poder. Que rechaza pagar la pensión de la vieja Ana Urrutia y que al final se la lleva a su piso de París donde vive oculta en una habitación, odiada por Charlotte y al cuidado de una criada de la casa. Finalmente, el propio Valls será víctima fatal de sus propias contradicciones.

Una referencia muy presente en la novela es la de la película “Eva al desnudo” de Joseph L. Mankiewicz. Valeria Falcón y Natalia de Vicente interpretan a los dos principales personajes femeninos del film en una representación teatral de la misma que se ha montado en Madrid. Se establece un paralelismo entre las relaciones de las dos actrices en la película y en la novela, e incluso Lorenzo Lucas, el interesado novio de Natalia, se muestra como alter ego de Addison De Witt, el personaje interpretado por George Sanders en la pantalla.

La narradora del libro define así al final su oficio de escritora: “Yo no escribo para que nadie se reconozca en su parte inteligente, sino en su más abyecta y entrañable vulgaridad”. Y continúa: “Soy incapaz de salir de mí misma, y la escritura siempre es un modo del ensimismamiento y la autocompasión. La necesidad de hablar desde detrás de una celosía, para que nadie nos mire directamente a los ojos. Y así escribir siempre sería una renuncia. Un exilio. Una manera de fingir que quizá sale al encuentro del otro cuando en realidad rumia, digiere, regurgita, mastica, relame, traga, se nutre, defeca sus propias e intransferibles palabras.”

La farándula, como la define Ana Urrutia, es la síntesis de faralaes y tarántula. De adornos y venenos. De luces y sombras. Como la vida misma.

Carlos Bravo Suárez

MENTIRA

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                    “Mentira”. Care Santos. Edebé. 2015. 242 páginas.

Aunque Care Santos (Mataró, Barcelona, 1970) es licenciada en Derecho,  desde prácticamente su infancia ha mostrado una intensa pasión por la literatura que la ha llevado a convertirse en una escritora inquieta, prolífica y versátil. Ha publicado varias novelas para adultos (“El aire que respiras” y “Deseo de chocolate” son las dos últimas) y ejerce regularmente la crítica literaria en un importante suplemento cultural, pero destaca sobre todo como autora de numerosas narraciones para jóvenes lectores. En este género acaba de publicar “Mentira”, novela con la que ganó el Premio Edebé de Literatura Juvenil del pasado año 2015.

“Mentira” cuenta una historia de amor entre dos adolescentes. Xenia es una buena estudiante que quiere cursar la carrera de medicina para complacer a sus padres y está obligada para ello a obtener buenas calificaciones en el instituto. A través de un foro de lectura de internet, conoce a un chico que recomienda apasionadamente el libro “El guardián entre el centeno”, de J. D. Salinger. Xenia espera ansiosa las respuestas de su interlocutor virtual y se obsesiona con el misterioso joven, al que cada vez desea con más fuerza conocer personalmente. A partir de los pocos datos que el desconocido y hermético internauta le ha proporcionado, es ella quien, aun a costa de ver descender su rendimiento académico, se desplaza a la periferia de Barcelona para intentar localizar al muchacho. Enseguida descubrirá con decepción y rabia que son falsas las informaciones que él le ha dado. Abatida por el engaño, cuenta a sus padres la causa de su momentáneo hundimiento en los estudios y decide remontar de nuevo el vuelo. Cuando ya no lo esperaba, recibe un paquete que procede de un correccional de menores y que contiene la historia del joven Eric escrita por él mismo. En esa larga carta, explica su procedencia social y familiar y las causas que lo llevaron al castigo y al encierro que ahora padece. Conoceremos así el mundo de la delincuencia juvenil y los duros ambientes urbanos de la periferia de Barcelona, en los barrios azotados por el paro, la droga y la delincuencia que lindan con el aeropuerto de la ciudad, en El Prat de Llobregat. Y asistiremos a una historia de intereses y fidelidades que nos irá desvelando paulatinamente la verdadera y compleja personalidad del muchacho.

La novela está escrita en un estilo rápido y eficaz, que hilvana con fluidez los cortos capítulos que la componen. No hay en ella en ningún momento un narrador externo que intervenga, moralice u opine desde fuera; son los dos jóvenes quienes narran su propia historia en primera persona y sin intermediarios. Dos adolescentes de procedencia y extracción social opuesta. Ella, hija única de familia acomodada; él, de familia desestructurada y pobre,  obligado a vivir en los ambientes duros en los que se maneja un primo de más edad que lo protege, desempeñando en cierto modo la función del padre ausente. Sólo hay una cosa que une a Xenia y Eric, y que ha sido lo que los ha puesto en contacto: su mutua y apasionada afición a la lectura y a las bibliotecas. “A la gente que nos gusta leer, el mundo real nos da lo mismo. La única cosa que queremos es que nos dejen leer.”

Aunque tal vez contenga algunos tópicos del género juvenil de ambientes marginales, “Mentira” es una historia bien contada, que seguramente gustará bastante a la mayoría de los lectores jóvenes a los que va expresamente dirigida. Care Santos es experta en este género narrativo juvenil y se mueve en él como pez en el agua, con absoluta habilidad y destreza. Con esta novela, consigue de nuevo un buen retrato de unos determinados ambientes urbanos y construye un emotivo y sorprendente romance entre dos jóvenes que van a descubrir juntos, y de una manera inesperada, ese hermoso, absorbente y a veces contradictorio sentimiento al que llamamos amor.

Carlos Bravo Suárez

ADIÓS EN AZUL

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“Adiós en azul”. John D. MacDonald. Libros del Asteroide. 2015. 240 páginas.

John MacDonald (Pensilvania, 1916 – Wisconsin, 1986) fue un prolífico y popular novelista estadounidense del pasado siglo, autor de casi ochenta novelas del género policiaco y de misterio. Entre su extensa producción narrativa, destaca la serie de veintiuna novelas protagonizadas por su personaje preferido, el detective privado Travis McGee. Algunas de sus obras han sido llevadas al cine, destacando la película “El cabo del miedo”, basada en su relato “The executioners”.

En el pasado siglo XX se editaron en España algunas de las novelas de MacDonald, casi todas en viejas ediciones de Bruguera hoy descatalogadas. A finales del pasado 2015, Libros del Asteroide editó en nuestro país “Adiós en azul”, con traducción de Mauricio Bach, la primera novela de la serie de Travis McGee, publicada originalmente en Estados Unidos en 1964 con el título de “The Deep Blue Good-by”. La misma editorial anuncia para este año la edición en español de “Nightmare in Pink”, la segunda novela con Travis McGee como protagonista. Por expreso encargo de su editor, las veintiuna novelas de la serie contienen el nombre de un color en su título; de esa manera cada una de ellas era más fácil de reconocer por sus numerosos lectores.

Como ya se ha dicho, “Adiós en azul” es la primera de las novelas de MacDonald cuyo protagonista es Travis McGee, un personaje al que el escritor estadounidense irá perfilando y haciendo envejecer a lo largo de 21 años, desde la década de los 60 hasta la de los 80. McGee es un detective peculiar, un “recuperador”, que vive en un barco atracado en la costa de Florida, ganado en una partida de póker, y que solo trabaja cuando los ingresos anteriores empiezan a escasear. Su especialidad es recuperar dinero o bienes robados y sus honorarios suponen la mitad de la cantidad que debe recuperar. McGee es joven, fuerte y tiene cierto éxito con las mujeres, pero bajo la apariencia de un play-boy mujeriego, se esconde un personaje sensible y solitario. En esta novela, aunque todavía le queda dinero de su caso anterior, no sabe negarse al requerimiento de Cathy, una joven mujer que le pide que la ayude a recuperar un supuesto y misterioso tesoro escondido por su padre que ha muerto en la cárcel. El padre fue piloto militar en la línea India–China, en la que participó una pequeña fuerza aérea estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial. Tras volver de la contienda el padre mató a un excompañero y fue encarcelado. Fue en la prisión donde lo conoció el taimado y retorcido Junior Allen, quien al salir de la cárcel consiguió seducir a Cathy, madre de un hijo y abandonada por su anterior marido. También Allen la abandona tras maltratarla, para reaparecer luego convertido en un nuevo rico como consecuencia de haber encontrado el tesoro que el padre de Cathy había escondido en un lugar desconocido. Junior Allen se va a convertir en el malo de la novela, y de seductor y astuto ladrón va a devenir en peligroso maltratador y asesino de mujeres. No será fácil para McGee dar con él e intentar recuperar lo que busca.

“Adiós en azul” es una buena novela negra, con un conseguido personaje central protagonista que cuenta la historia en primera persona; pero también con acción, suspense y unos cuantos interesantes personajes secundarios, casi todos ellos mujeres a las que la vida, aun siendo jóvenes, no ha tratado demasiado bien. La novela transcurre en las costas de Florida, en las cercanías de Miami, en días soleados y calurosos, con abundancia de barcos, bañadores, bikinis, cuerpos bronceados y botellas de bourbon.

Es posible que uno de los motivos de la reedición de “Adiós en azul” sea su reciente adaptación cinematográfica. La película, cuyo rodaje al parecer ya está terminado, será probablemente estrenada en Estados Unidos tras el verano. Dirigida por James Mangold,  con el actor Christian Bale en el papel del detective Travis McGee y con la presencia de Peter Dinklage, Rosamund Pike y Nicola Peltz en el reparto. Posiblemente cuando la película llegue a las pantallas españolas ya haya sido publicada en nuestro país la segunda de las novelas de la serie McGee, que esperemos sea tan entretenida e intensa como la primera.

Carlos Bravo Suárez

EL CASO SANTAMARÍA

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          “El caso Santamaría”. Andrea Camilleri. Destino. 2016. 192 páginas.

Andrea Camilleri (Porto Empedocle, Sicilia, 1925) es guionista de cine, director de teatro, realizador de televisión y, sobre todo, escritor con una larga trayectoria literaria que incluye más de cien novelas. El autor italiano es un referente del género negro europeo, conocido principalmente por su serie de novelas (más de treinta) protagonizadas por el comisario Montalbano. De vez en cuando, Camilleri aparca a Montalbano y escribe narraciones con otros protagonistas. Así, el año pasado se publicaron en España la novela “La banda de los Sacco” (Destino), que reseñamos en esta sección, y el conjunto de relatos “Mujeres” (Salamandra) y, ya en este 2016, ha aparecido en nuestro país, editada también por Destino, su última novela “El caso Santamaría”, traducida al español por Juan Carlos Gentile Vitale y publicada en Italia con el titulo original de “La relazione”.

El caso Santamaría” ha sido calificado como un “thriller” político. Tal vez el título elegido para la edición española de la novela haga más hincapié en este aspecto de la narración que el original italiano, que parece poner más el acento en la relación entre el protagonista de la novela y la mujer que lo seduce con fines espurios. El personaje principal del libro es Mauro Asante, un hombre laborioso y honrado que trabaja en una agencia que supervisa el estado de las cuentas y los elementos de control de los bancos italianos. Durante el verano, y mientras su mujer y su hijo pasan las vacaciones en el campo, Asante permanece en su piso de Roma, situado en un palacete modernista del barrio de Prati, entregado a la conclusión del informe que se le ha encargado sobre el banco Santamaría. En esos días, comenzarán a ocurrirle algunos extraños hechos que, aunque en un principio parecen coincidencias o malentendidos sin relación entre sí, parecen encaminados a desprestigiarlo y apartarlo de la investigación sobre el estado financiero de la entidad bancaria que investiga. En esa sucesión de extraños sucesos, va a intervenir una hermosa joven llamada Carla, a la que parece haber conocido por un equívoco y que va a cambiar la vida y los sentimientos del hasta ese momento trabajador y fiel esposo Mauro.

El caso Santamaría” es una novela corta pero intensa, que se lee sin aliento, en un suspiro. Con un ritmo vertiginoso y una intriga y un suspense que se mantienen sin altibajos hasta el final. La relación entre Mauro y Carla constituye el eje central del relato, una relación ambigua que puede hacer dudar por momentos al lector sobre su autenticidad y su verdadera naturaleza. El tema principal del libro son las armas diversas que con fines destructivos se pueden utilizar contra una persona para intentar arruinar su reputación y obtener unos determinados fines políticos y económicos. En estos tiempos en que los medios de comunicación tienen un papel tan preponderante, cualquier montaje con visos de realidad puede arruinar la vida de una persona respetable y honrada. Y para conseguir los fines que se persiguen, en esta ocasión apartar a Mauro del caso Santamaría, sirven todos los medios por monstruosos y repugnantes que puedan resultar.

A sus 85 años, Andrea Camilleri mantiene una lucidez y una actividad literaria portentosas. “El caso Santamaría” es una espléndida novela corta, absolutamente entroncada con la realidad social del momento, aunque transcendiéndola con dos personajes, Mauro y Carla, que constituyen auténticos arquetipos literarios y cinematográficos, muy presentes en la tradición de ambos géneros. Tengo pendiente la lectura de “Mujeres”, penúltima obra del escritor siciliano en nuestro país. Espero poder reseñarla aquí en fechas venideras. Y ojalá podamos disfrutar de muchas novelas más de este autor ya octogenario pero todavía en plenas facultades narrativas.

Carlos Bravo Suárez

PUERTO ESCONDIDO

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               “Puerto escondido”. María Oruña. Destino. 2015. 432 páginas.

”Puerto escondido” es la segunda novela de la abogada y escritora María Oruña (Vigo, 1977). Si en 2013 autopublicó “La mano del arquero”, un libro de contenidos jurídicos con hechuras de novela, en 2015 la importante editorial Destino publicó su segunda obra, “Puerto escondido”, una novela que se ha convertido en un considerable éxito gracias, en buena medida, al efecto boca-oreja entre sus lectores.

“Puerto escondido” es una novela negra y de misterio que transcurre íntegramente en Cantabria, recorriendo algunos de los lugares más bellos y atractivos de esa región, desde Suances a Comillas, pasando, entre otras localidades, por la monumental y pétrea Santillana del Mar, cuna de la nobleza santanderina. La geografía, fiel a la realidad en esta obra de ficción, constituye uno de los atractivos de la novela. La autora, nacida en Galicia pero de padre cántabro y veraneante desde la infancia en esa comunidad, muestra su conocimiento del magnífico marco geográfico en que ambienta su narración y lo convierte en un protagonista más de su relato. Se ha comparado a “Puerto escondido” con la “Trilogía del Baztán”, y a María Oruña con Dolores Redondo, y uno de los paralelismos entre las obras de ambas escritoras es, sin duda, la importancia que las tierras cántabras y los valles navarros tienen respectivamente en sus narraciones.

La historia comienza cuando el joven inglés Oliver Gordon, tras una fallida relación sentimental, llega a Suances para ver cómo van las obras de Villa Marina, una vieja casona colonial y antiguo hotel, situada junto a la playa, que ha heredado de su madre española, muerta después de ser atropellada por un borracho en un desgraciado accidente, y que él pretende reformar. Nada más llegar Oliver a Suances, los obreros descubren entre los muros de la casona el cadáver de un bebé, que parece haber sido allí emparedado décadas atrás y junto al que se ha encontrado la extraña figura de una antigua deidad mesoamericana precolombina. A los pocos días, y aparentemente relacionados con este caso, se producen dos misteriosos asesinatos en la zona. El caso será investigado por la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil y el mando de las operaciones va a recaer sobre la teniente Valentina Redondo, cuyo apellido parece un claro homenaje o guiño a la autora de la antes citada “Trilogía del Baztán”.

En la investigación de los hechos irá creciendo el enredo, creando una compleja trama que parece difícil de desentrañar. En ella encontraremos a antiguas familias nobles de la Cantabria de siempre, a criadas y pescadores, antiguos maquis y hasta a las monjas clarisas de un tranquilo convento donde se restauran obras de arte. Al final, y tras una trepidante y absorbente intriga, todo acaba cuadrando y todas y cada una de las piezas encajan en una bien construida trama narrativa que no deja ningún cabo suelto en su resolución.

Como ocurre últimamente con frecuencia, “Puerto escondido” tiene una estructura narrativa binaria, con dos narraciones paralelas que se van alternando a lo largo de la novela. Junto a la historia presente de muertes e investigación, se van intercalando fragmentos de un diario anónimo, cuya autoría solo se revelará al final del libro, y que abarca desde los sangrientos y trágicos días de la Guerra Civil hasta el presente, pasando por los duros tiempos de la posguerra en los que la supervivencia de los socialmente más desfavorecidos no era tarea fácil. Al final, ambos relatos confluyen, y contribuyen a desvelar una trama que ha tenido sobre ascuas al lector a lo largo de más de 400 páginas.

El gran éxito obtenido por esta novela, a la que se podría denominar con ambigüedad explícita como un verdadero “novelón”, la hace sin duda candidata a una posible adaptación cinematográfica no muy lejana. Se anuncia también que María Oruña está preparando otra novela que, aunque en principio independiente en su trama, tendrá los mismos personajes que “Puerto escondido”. Quedamos a la espera.

Carlos Bravo Suárez

COLGANDO DE UN HILO

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  “Colgando de un hilo”. Dorothy Parker. Lumen. 2015. 200 páginas.

Dorothy Parker (Nueva Jersey, 1893 – Nueva York, 1967) fue una figura femenina muy destacada y singular del pasado siglo XX. Mujer culta, ingeniosa, inteligente y polifacética, cultivó una escritura cáustica y mordaz, de pluma ágil y lengua afilada (“Lo primero que hago por la mañana es lavarme los dientes y afilar la lengua”) y destacó como periodista, poeta, guionista de cine, dramaturga y cuentista. Colaboradora asidua de importantes revistas y publicaciones neoyorquinas, la película “La señora Parker y el círculo vicioso”, dirigida en 1994 por Alan Rudolph y protagonizada por Jennifer Jason Leigh en el papel de Dorothy, contribuyó, aunque tal vez de una manera no absolutamente fiel, a dar a conocer su faceta más social y literaria.

En España su obra escrita no es demasiado conocida y, pese a que su poesía todavía permanece inédita, la editorial Lumen ha ido publicando en los últimos años casi toda la obra narrativa de la escritora estadounidense. La más reciente de estas publicaciones es “Colgando de un hilo”, una colección de quince relatos breves, publicados originariamente en diversas revistas norteamericanas entre 1926 y 1957, aunque la mayoría date de los años veinte y treinta del pasado siglo. En la edición española de Lumen aparecen tres traductores (Jordi Fibla, Celia Filipetto y Carmen Francí) y es Simone Massoni quien ilustra el libro con unos elegantes dibujos de trazo fino.

El tema predominante en los cuentos de “Colgando de un hilo” es el amor de pareja, casi siempre desde la perspectiva de una mujer, desde un punto de vista femenino pero en absoluto feminista, al menos tal como hoy se entiende este manido término. Los relatos contienen muchos diálogos de un hombre y una mujer, alguno también entre dos mujeres, introducidos brevemente con gran economía de lenguaje, por medio de cuatro trazos que dibujan a los personajes antes de que estos comiencen a conversar: “El joven del esmoquin de corte elegante cruzó la atestada sala y se detuvo delante de la joven vestida de encaje verde y lo que tal vez fueran perlas”.

Con sarcasmo y acidez, Dorothy Parker retrata a la burguesía neoyorquina de los años veinte y treinta del pasado siglo para mostrarnos en algunos de estos cuentos el lado más oscuro de la vida urbana de ese periodo. El teléfono, y de ahí el título de esta colección, adquiere, como herramienta de comunicación entre los enamorados, una importancia capital en muchos de estos relatos. En el de inicio, encontramos el monólogo interior de una mujer que está esperando ansiosa junto al teléfono la llamada del hombre al que ama. Un teléfono fijo, por descontado, en una época en que ni siquiera se sospechaba la existencia futura del actual y compulsivo móvil. Otro elemento muy frecuente en estas narraciones es la bebida. Muchos personajes son asiduos a ella y, aunque hablan de dejarla, está claro que no tienen voluntad suficiente para hacerlo. A pesar de que esas narraciones se ambientan en parte en los años de la ley seca, el alcohol empapa a algunos de los personajes que conversan en los bares bebiendo una copa tras otra. También los celos y la desconfianza entre las parejas están muy presentes en estos cuentos. Los problemas de amor que, como dice uno de los personajes femeninos, pueden verse como “tonterías de una jovencita o como la peor angustia de la humanidad”. Mujeres enamoradas que crean un mundo de ficción pensando en que serán correspondidas, cuando en muchos casos el varón no alberga en absoluto esa intención de reciprocidad. A veces la chica se aferra a lo que le ha dicho en plena borrachera el hombre al que ama y que este ha olvidado una vez sereno; en otras ocasiones, la mujer inventa amantes jóvenes para intentar dar celos al hombre que le cuenta la atracción que siente por alguna muchacha nueva. Salvo algún cuento como el titulado “La liga”, en el que una mujer está sola en una fiesta porque se la ha roto la liga y se le va a caer si se levanta, situación que no parece que pueda darse en la actualidad, la mayoría de estos relatos refleja unas constantes en las relaciones amorosas que, aunque hoy tal vez algo transformadas, responden a los miedos y alegrías que el amor siempre genera en las personas que lo sienten: la necesidad de amar y ser amado, la soledad y el ansia que corroen al enamorado, las dudas e inseguridades, los celos y los miedos, las palabras expresamente hirientes, los malentendidos, la impaciencia o el deseo.

Aunque, según los expertos en su obra literaria, faltan en esta selección dos de sus mejores relatos (“Arreglo en blanco y negro” y, sobre todo, “Una rubia imponente” o “La gran rubia”, que Augusto Monterroso incluyó en su “Antología del cuento triste”), los cuentos que componen “Colgando de un hilo” son una magnífica manera de introducirse en la narrativa breve de esta singular escritora estadounidense del pasado siglo. Y sirven para conocer, de la mano de su mordaz y afilada pluma, algunas de las luces y las sombras que rodean a la condición femenina y a la pasión amorosa.

Carlos Bravo Suárez


EL ADVERSARIO

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El adversario”. Emmanuel Carrère. Anagrama, Panorama de Narrativas (2000) y Anagrama Compactos (2013, 214 y 2015). 176 páginas.

El pasado año reseñé aquí “El Reino”, el último y aclamado libro de Emmanuel Carrère (París, 1957). En él, el escritor francés hacía referencia, entre otras obras suyas anteriores, a “El adversario”, cuya edición original española data del año 2000, pero que Anagrama ha reeditado por tres veces en los años 2013, 2014 y 2015 en su Colección Compactos de bolsillo. De “El adversario” se hizo también en Francia una película, dirigida por Nicole García en 2002. Como, a pesar de su éxito y repercusión, todavía no había leído el libro, lo he hecho recientemente en la última edición compacta de Anagrama, con traducción del francés de Jaime Zulaika, y su lectura me ha resultado de lo más intensa y absorbente. Un libro realmente impactante y, sin duda, y desde todos los puntos de vista, muy recomendable.

Como ocurre en otros libros suyos, “El adversario” no es una obra de ficción y no puede por tanto considerarse estrictamente como una novela. El libro tiene como punto de partida unos terribles y espeluznantes hechos reales. El 9 de enero de 1993, Jean-Claude Romand mató primero a su mujer y a sus dos hijos en su propia casa y, después, a sus padres en la casa de estos. Volvió más tarde a su hogar familiar y, tras permanecer un rato en presencia de los tres cadáveres, prendió fuego al edificio con él en su interior. Aunque sufrió algunas quemaduras de importancia, Romand sobrevivió al incendio, confesó su crimen y fue juzgado y posteriormente condenado a cadena perpetua. Se descubrió que desde su juventud era un mentiroso compulsivo y un impostor. Todos, incluida su mujer y sus padres, lo creían un importante médico de la OMS en su sede de Ginebra. Con argucias, y debido a la confianza y admiración que despertaba entre los suyos, iba consiguiendo el dinero suficiente para poder llevar una vida acorde con el supuesto alto estatus profesional que ostentaba. En los últimos tiempos, tenía una amante a la que colmaba de caros regalos y a la que también engañó, usando en su provecho el dinero que ella le había confiado para lograr un mejor rédito bancario. Cuando todo estaba a punto de descubrirse, no soportó que su familia conociera su impostura y la mató con frialdad y alevosía. Su amante se libró por muy poco de convertirse en otra víctima mortal suya. Tras conocer el caso por los medios de comunicación, el escritor Emmanuel Carrère se interesó por el asunto, contactó con Romand y solicitó y logró entrevistarse con él en la cárcel. De esa experiencia, contradictoria y extrema, nació “El adversario”.

El libro empieza de manera algo engañosa dando protagonismo, tras una breve primera página narrada en primera persona por el propio Carrère, a Luc Ladmiral, uno de los mejores amigos de Jean-Claude Romand. Ladmiral acaba de descubrir las muertes atroces de la familia de Romand y tarda un tiempo en entender y asimilar que su amigo es el responsable de esa incomprensible barbarie. Tras ese corto capítulo íntegramente en tercera persona, el propio escritor Emmanuel Carrère recupera la primera persona y toma el timón de la narración hasta el final del relato.

El adversario” deviene así un libro híbrido entre la investigación de unos hechos monstruosos y el intento de penetración psicológica en la mente del asesino y en las causas que ocasionaron su espantoso crimen. Además, es también una crónica de la relación personal del escritor con el asesino y de la vida que lleva este en la cárcel tras los crímenes cometidos y la completa impostura que supuso su vida anterior. Hay momentos en que la personalidad de Romand parece atraer en exceso a Carrère, que puede dar muestras de caer tal vez en una inquietante ambigüedad. El verdadero motivo que mueve al escritor queda explicado, antes de mostrar hacia él su compasión, en la primera carta que dirige al asesino al inicio del libro: “Me gustaría que comprendiese que no me dirijo a usted movido por una curiosidad malsana o por el gusto del sensacionalismo. Lo que usted ha hecho no es, a mi entender, la obra de un criminal ordinario, ni tampoco la de un loco, sino la de un hombre empujado hasta el fondo por fuerzas que le superan, y son esas fuerzas terribles las que yo desearía mostrar en acción”.

No tengo yo muy claro que esas fuerzas terribles e incontroladas no fueran otras que las de la impostura y el querer vivir por encima de sus posibilidades, aprovechándose de la buena fe que despertaban en los otros sus buenas y cuidadas maneras. Y que el asesinato de sus familiares, antes de que ellos descubrieran su mentira, no fuera otra cosa que una enorme cobardía y una abyecta e imperdonable vileza. Porque no vamos a creer que ese adversario al que se refiere el título del libro fuera una fuerza satánica como en algún momento parece insinuar el autor del libro. En cualquier caso, cada lector extraerá sus propias conclusiones tras la lectura de una historia cuyo contenido resulta, eso sí, absolutamente excepcional y escalofriante.

Carlos Bravo Suárez

FRANCAMENTE, FRANK

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Francamente, Frank”. Richard Ford. Anagrama. 2015. 229 páginas.

Después de su estupenda novela “Canadá”, que reseñamos aquí el año pasado, Richard Ford(Jackson, Mississippi, 1944) ha publicado recientemente un nuevo libro cuyo titulo original en inglés es “Let Me Be Frank With You”, que en español, haciendo un fácil juego de palabras, ha sido traducido como “Francamente, Frank”. En él, el destacado escritor estadounidense ha recuperado a su personaje Frank Bascombe (protagonista de su famosa trilogía compuesta por “El periodista deportivo”, “El Día de la Independencia” y “Acción de gracias”), convirtiéndolo en narrador de esta nueva entrega narrativa, editada como siempre en nuestro país por Anagrama y con la traducción de Benito Gómez Ibáñez.

“Francamente, Frank” está compuesto por cuatro relatos ambientados a finales de 2012, inmediatamente después de que el huracán Sandy devastara buena parte de la costa atlántica estadounidense. Las cuatro narraciones breves están protagonizadas, y narradas en primera persona, por un Frank Bescombe, ahora con sesenta y ocho años y ya jubilado, que nuestra su escéptico desencanto solitario, nunca convertido sin embargo en pesimismo y amargura, con equilibradas dosis de ironía y humor negro y con la lucidez distante que suele proporcionar el paso de los años. Bescombe, que escribió un libro y fue periodista deportivo durante un tiempo, trabajó como vendedor de casas antes de jubilarse y ahora dedica parte de su tiempo a leer textos para ciegos en una emisora de radio y a ayudar cada semana a los soldados americanos que regresan de alguna de las lejanas guerras del imperio y que, a su vuelta, corren el riego de caer en la depresión y el suicidio. Frank, después de hacerlo en otros lugares, vive ahora en una zona residencial de Haddam, en Nueva Jersey, con su segunda esposa Sally, que se dedica a tareas humanitarias de ayuda a los afectados por el reciente huracán. Antes se divorció de su primera esposa Ann, con la que tiene dos hijos que se ganan ya la vida por su cuenta. Otro hijo de ese primer matrimonio murió joven, de una manera prematura, inesperada y dolorosa.

En “Frankamente, Frank” encontramos a un Bascombe sabedor de que entra en el último tramo de su vida e intenta mantener la serenidad ante la proximidad de las enfermedades y, en última estancia, de la inevitable muerte. Consciente de que solo se conoce bien aquello que ya se ha vivido y que la vida ya no es otra cosa que superar sucesivos fracasos que dejan momentáneamente el horizonte despejado de obstáculos para poder dar algunos pasos más. A determinada edad, la vida ya no es sino una continua mengua. “La vida se reduce a una sustracción gradual, tendente a una esencia más sólida, más cercana a la perfección”. Ya no se trata de hacer uno lo que quiere, sino de intentar no hacer lo que no se quiere. Además, como vemos progresivamente en los cuatro relatos del libro, la enfermedad va haciendo estragos entre muchos seres conocidos y próximos. Pese a ello, Frank mantiene su sentido del humor y no pierde ocasión para mostrar sus posiciones políticas favorables a Obama, al menos al de sus inicios como presidente, y su rechazo y mofa de las posiciones republicanas y conservadoras.
En “Aquí estoy yo”, relato que abre el libro, un antiguo amigo cita a Frank para ver cómo ha dejado el huracán Sandy, que parece haberse unido a la recesión anterior, la casa cercana al mar que éste le vendió hace unos años. En “Todo podría ser peor”, Frank recibe en su casa de Haddam la extraña visita de una misteriosa mujer negra (“la gente negra soporta una pesada carga tratando de comportarse normalmente”), que le cuenta que allí tuvo lugar una terrible tragedia que marcó para siempre su vida. En “La nueva normalidad”, Frank viaja en vísperas navideñas para hacer una visita a su primera mujer, que se encuentra internada en una moderna y desnaturalizada residencia para personas que sufren la enfermedad de Parkinson. Y, en “Muerte de otros”, la visita es a un antiguo amigo de la infancia que se halla hundido en la antesala de la muerte, aniquilado por un rápido y destructivo cáncer de páncreas.

No sé cuánto hay de alter ego de Richard Ford en el Frank Bascombe que narra estas cuatro magníficas historias y que es consciente de empezar a recorrer el que será ya el último tramo de su vida. Bascombe/Ford lo hace con dignidad y elegancia y, desde luego, desde el punto de vista literario, con una enorme maestría. También en materia de escritura, la sustracción de los años parece conducir al autor a una esencia bastante cercana a la perfección.

Carlos Bravo Suárez



DOS NOVELAS DE ROBERT WALSER

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Jakob von Gunten” y “El paseo”. Robert Walser. Siruela. 2015 (5ª edición) y 2014 (11ª edición). 128 y 80 páginas.

Entre las muchas lecturas que uno tenía pendientes desde hacía tiempo estaba la del escritor suizo Robert Walser (1878 – 1956). Aprovechando las pasadas vacaciones, unidas a un periodo de reposo obligatorio, he leído dos de sus novelas más conocidas: “Jakob von Gunten” y “El paseo”. Descubierto en nuestro país por Carlos Barral en los años setenta del pasado siglo, fue editado por Pre-textos y Alfaguara antes de la recuperación más reciente de su obra llevada a cabo por la siempre exquisita editorial Siruela, que ha publicado un buen número de sus libros en las últimas décadas. Robert Walser escribía en lengua alemana y las ediciones de Siruela de “Jakob von Gunten” y “El paseo” están respectivamente traducidas al español por Juan José del Solar y Carlos Fortea.

Robert Walser es un escritor singular y diferente, posiblemente sin paragón en la literatura europea contemporánea. En sus inicios fue admirado y citado por figuras destacadas de las letras como Franz Kafka (que al parecer lo leía en voz alta), Robert Musil o Walter Benjamin. Tras un largo periodo de olvido, algunos autores modernos, como Elias Canetti, W. G. Sebald, J. M. Coetze (“El genio de Robert Walser”) o el español Enrique Vila-Matas, han reivindicado la fuerza de su prosa y reconocido su influencia. La vida de Walser también fue singular y distinta. Nacido en la pequeña ciudad suiza de Biel, dejó pronto la escuela y abandonó la casa paterna a los 17 años. Ejerció diversos trabajos, incluso el de criado, y logró publicar, sin demasiado éxito, algunos libros, textos teatrales y poemas. Vivió algún tiempo en Berlín, donde su hermano destacó como pintor e ilustrador. Entre 1907 y 1909 escribió los que son posiblemente sus mejores libros “Los hermanos Tanner”, “El ayudante” y “Jakob von Gunten”. Regresó a Suiza para recuperarse de una depresión y se instaló en Berna. En 1929 entró en una clínica psiquiátrica cercana a la capital suiza y en 1933, después de sufrir sucesivos episodios de alucinaciones auditivas y ataques de ansiedad, ingresó voluntariamente en el sanatorio de Herisau, en cuyos alrededores murió el día de Navidad de 1956, de un ataque al corazón que lo dejó fulminado sobre la nieve tras uno de sus habituales y solitarios paseos.

Robert Walser escribió “Jakob von Gunten” en 1909 y siempre lo consideró el mejor y el más querido de sus libros. También es posiblemente el de contenido más polémico. Se trata de una novela corta en la que se narra el breve paso del personaje que le da título por el extraño Instituto Benjamenta, apellido de los dos hermanos -un varón y una mujer- que lo regentan. Allí apenas hay profesores y la enseñanza que se imparte consiste básicamente en inculcar a los muchachos paciencia y obediencia para convertirlos en futuros sirvientes. Jakob, un chico despierto y atractivo, describe a sus compañeros y su ambigua y cada vez más intensa relación con los dos hermanos propietarios de la academia. Walser presenta unos personajes que huyen del éxito y del pensamiento. Su aspiración es obedecer y rechazar rotundamente cualquier amago de notoriedad. Las ideas defendidas por el personaje son las mismas que el escritor defendió a lo largo de su vida. Las ha definido muy bien Jesús Fernández en su espléndido artículo “Robert Walser, el poeta que prefería ser nadie”.

No puedo extenderme mucho más en este artículo, por eso transcribo aquí varias ilustrativas frases del libro, aunque nada mejor que leerlo entero para poder juzgarlo con propiedad. “Nosotros, los alumnos, no esperamos nada, es más, nos está terminantemente prohibido albergar esperanzas en nuestro corazón, pese a lo cual vivimos muy alegres y tranquilos”. “De algo estoy seguro: el día de mañana seré un encantador cero a la izquierda”.”Los tontos están hechos para llegar lejos, para escalar, vivir bien y mandar, mientras que quienes, como yo, son en cierto sentido inteligentes, han de tolerar que sus propios talentos florezcan y se marchiten al servicio de otros. Yo, seré algo muy humilde o pequeño”.“Cuando los hombres empiezan a contabilizar éxitos y reconocimiento se ponen casi gordos de autosatisfacción saturadora, y la fuerza de la vanidad los va inflando hasta convertirlos en un globo irreconocible. ¡Libre Dios a un hombre honrado del reconocimiento de la masa! Si no lo vuelve malo, sólo servirá para confundirlo y quitarle fuerzas”.O ese afán por dejar la mente en blanco que se resume en ese definitivo “Dios está con los que no piensan”.

“El paseo” es un relato breve que Walser escribió en 1917. Es un texto en primera persona, y en constante diálogo con el lector, en el que, con una mezcla de solemnidad e ironía cargada de crítica social a las prisas, la hipocresía y el afán de aparentar de la modernidad, se cuenta un paseo de unas horas por una pequeña población suiza. El narrador, escritor pobre mantenido por los donativos anónimos de algunas admiradoras, se defiende así de quienes critican su permanente deambular ocioso: Pasear me es imprescindible, para animarme y para mantener el contacto con el mundo vivo, sin cuyas sensaciones no podría escribir media letra más ni producir el más leve poema en verso o prosa. Sin pasear estaría muerto, y mi profesión, a la que amo apasionadamente, estaría aniquilada”.

Robert Walser es un escritor distinto, ambiguo, con una personalidad que hoy veríamos como provocadora por inusual y un pensamiento lleno de claroscuros, sin el más mínimo afán de notoriedad ni interés alguno por obtener el reconocimiento de los demás. Aunque sea en parte traicionar sus deseos, en este año en que se cumple el sesenta aniversario de su muerte, nada mejor que leerlo para conocer de primera mano su singular obra literaria.

https://lecturassumergidas.com/2014/07/30/tras-los-pasos-de-walser-y-demas-caminantes_/

Carlos Bravo Suárez

LA ZONA DE INTERÉS

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               “La zona de interés”. Martin Amis. Anagrama. 2015. 320 páginas.

Martin Amis (Swansea, Reino Unido, 1949) es uno de los más importantes escritores británicos y europeos actuales. Es autor de catorce novelas y cada una de sus nuevas narraciones es esperada con expectación y recibida casi siempre con cierta polémica. Así ha ocurrido de nuevo con la publicación de “La zona de interés”, su novela más reciente, que aborda el tema del Holocausto nazi. Algunas editoriales europeas se negaron a publicar el libro por entender que tal vez trataba el asunto de manera poco adecuada. En España, “La zona de interés” ha sido editado como siempre por Anagrama, con una magnífica traducción de Jesús Zulaika.

Lo más llamativo y sorprendente de “La zona de interés” es que Martín Amis reflexiona aquí sobre el tema del horror nazi con una inusual mezcla de realismo social y sarcasmo. Pero sin caer en absoluto en un tratamiento frívolo o banal del Holocausto. Todo lo contrario, el sarcasmo es aquí sinónimo de un tipo de ironía que no busca sino ridiculizar y rechazar aquello sobre lo que se ironiza. En mi opinión, “La zona de interés” es una magnífica novela que combina con acierto algunos elementos de comedia negra con un claro fondo de denuncia de un horror que se convirtió en cotidiano, un “extermino productivo”, planificado con métodos industriales, que utilizaba como fuerza de trabajo esclava a los judíos deportados, antes de acabar con sus vidas en las cámaras de gas.

“La zona de interés” transcurre en Buna-Werke, una fábrica de caucho sintético explotada por la empresa IG Farben para usos militares, que formaba parte del campo de concentración de Auschwitz y en la que entre 1941 y 1944 murieron 35.000 personas. El relato transcurre principalmente en los años 1942 y 1943, con un salto posterior al final de la guerra, y está narrado a tres voces. Uno de los narradores es Golo Thomsen, un joven y seductor oficial alemán que goza de protección por ser sobrino del secretario personal de Hitler. Thomsen vive con creciente incomodidad las atrocidades nazis y se enamora de Hanna, la mujer del comandante del campo. Este, llamado Paul Dole, constituye la segunda de las voces narrativas y está en cierto modo inspirado en el siniestro Rudolf Hess. Es un nazi convencido y cruel, que vive en el campo de concentración con su mujer y sus dos hijas y está obsesionado con el exterminio de los judíos, a los que llama piezas y en ningún momento considera como humanos. No tiene escrúpulos a la hora de utilizar el chantaje para mantener el dominio sobre los demás y sobre su cada vez más rebelde y distanciada esposa. La tercera voz, y tal vez la más forzada desde el punto de vista literario, es la de Szmul, un “sondercommander”, un judío colaboracionista que, para alargar mínimamente su vida, ayudaba a deshacerse de los judíos muertos y estaba por un tiempo mejor alimentado que el resto de los prisioneros. A estos patéticos personajes se refiere Primo Levi en su libro “La zona gris” y también, aunque menos, el recientemente fallecido Imre Kertész en su novela “Sin destino”.

Los tres narradores se van alternando y van tejiendo con sus relatos una historia de desamor, la del comandante y su esposa, y otra de amor, la de Golo y Hanna, que, dado el lugar y las circunstancias en que se produce, no logra traspasar el platonismo. Los personajes van evolucionando en sus comportamientos, movidos también por los cambios en el desarrollo de la guerra y por el paso de la euforia inicial nazi a la creciente percepción de la inminente derrota en el frente ruso.

“La zona de interés” es un relato bien estructurado, con cierta complejidad narrativa y una gran documentación histórica. Además de la citada historia de amor entre el joven oficial y la esposa del comandante, hay en el libro duras descripciones del trato a los deportados y escenas de gran sordidez que provocan enorme repugnancia moral en el lector. Uno de los aspectos que siempre llama la atención es la naturalidad cotidiana con la que actuaban los fanatizados militares nazis, que podían asistir a una obra de teatro mientras pensaban en la manera menos costosa de deshacerse de los judíos. Queda también en evidencia cómo la gran industria alemana se aprovechó del régimen de esclavitud laboral de los campos de concentración y algunas empresas como la Bayer efectuaron experimentos médicos mortales con los internos.

En resumen, “La zona de interés” es otra buena novela de Martin Amis, que sorprende con un tratamiento en parte novedoso y en absoluto frívolo sobre un tema tan delicado y terrible como el Holocausto nazi, uno de los episodios más negros de la historia reciente de la humanidad cuyo filón literario nunca parece agotarse.

Carlos Bravo Suárez

EL NADADOR EN EL MAR SECRETO

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El nadador en el mar secreto”. William Kotzwinkle. Navona. 2014. 96 páginas.

William Kotzwinkle (Scranton, Pensilvania, 1944) es un destacado escritor estadounidense dedicado al género de terror y a los libros infantiles, consagrado y bastante premiado en su país. En un proceso a la inversa de lo habitual, convirtió en novela el guión de la película “E.T. El Extraterrestre” y escribió también, entre otros, el guión de una de las partes de “Pesadilla en Elm Street”.

En 1975, Kotzwinkle vivió una experiencia trágica: su primer hijo murió al nacer. Inmediatamente después de enterrarlo, se puso a escribir un relato breve e intenso en el que, en tercera persona y en forma de novela, contaba aquella experiencia traumática. "Fue un acto de desesperación. Escribí ese libro con lágrimas en los ojos desde la primera a la última página". Kotzwinkle envió el relato a una revista que se lo publicó y logró bastante éxito. La novela obtuvo algunos premios, pero su autor siguió dedicándose a la literatura infantil y de terror. A pesar de alguna modesta reedición, “El nadador en el mar secreto” cayó en el olvido hasta que en 2012 el novelista británico Ian MacEwan citó esta pequeña gran obra en su novela de espías “Tom y Serena”. Siempre discrepantes entre sí, la novela de William Kotzwinkle era la única en la que el gusto de los dos protagonistas coincidía. Esta referencia supuso una promoción gratuita e inesperada del libro de Kotzwinkle que, debido a su demanda, volvió a ser editado y obtuvo un éxito considerable. En España, traducido por Enrique de Hériz, fue publicado a finales de 2014 por la editorial Navona para iniciar su colección de tapa dura “Los ineludibles”, de la que solo aparecen cuatro títulos al año coincidiendo con cada una de las estaciones.

“El nadador en el mar secreto” es una novela corta, que no llega a las cien páginas. Sus dos protagonistas, y casi únicos personajes, son Laski y Diane. Ambos son artistas y viven en el lejano norte canadiense, en una solitaria cabaña en el bosque. El relato está narrado en tercera persona, pero siempre desde la perspectiva de Laski, Comienza en los últimos días del año, en el crudo invierno, cuando en plena noche Diane acaba de romper aguas. Laski podrá poner en marcha su vieja camioneta y, conduciendo por espesos bosques y silenciosas carreteras nevadas, llevar a su mujer hasta el hospital más próximo, situado a 50 km de distancia. Cuando todo parece marchar bien, el bebé muere en el parto y la pareja debe volver a su cabaña, cerca de la cual vive el viejo y solitario Ben.

“El nadador en el mar secreto”, cuyo poético título original se ha mantenido en la edición española, es un relato breve precioso y conmovedor. Un texto escrito sin sentimentalismo innecesario, sobrio y contenido, pero que desborda lirismo y poesía. Una balada triste sobre el nacimiento y la muerte, el principio y el fin unidos por un cordón que trágicamente se rompe. Dos seres unidos en la búsqueda y la concepción de una nueva vida y juntos también tras su dolorosa pérdida. Un viaje de ida y vuelta, entre inmensos bosques y paisajes nevados. Una soledad compartida. Una fusión con la tierra y la naturaleza. Pura poesía triste. Dolor y belleza. El ciclo de la vida en un minuto. El sentimiento trágico de la vida y la muerte.

William Kotzwinkle no necesita adornar con aderezos superfluos su breve y desnuda historia. No hay artificio verbal alguno en ella. Él mismo ha explicado ese proceso: "Yo era capaz de evitar todas estas trampas porque sólo tenía que escribir lo que pasó de la mejor manera que sabía, y eso implicaba utilizar una prosa sencilla y clara". El texto tiene las descripciones precisas y los diálogos justos. Las escritura parece fluir de la experiencia. Una vivencia dolorosa que nunca va a olvidarse, pero en la que queda la esperanza de otro intento.

“El nadador en el mar secreto” es literatura que nace de la vida y de la muerte. Un libro escrito de un tirón, para expulsar el dolor en lo posible y convertirlo en poesía. Aunque el dolor permanezca siempre, porque toda pérdida es única e irrecuperable.

Carlos Bravo Suárez

DEL DOLMEN DE TELLA A BIELSA POR EL GR-19.1

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La excursión que va desde el dolmen de Tella hasta Bielsa por la llamada Portiella de Tella transcurre íntegramente por el sobrarbense GR-19.1. Organizada por el Centro Excursionista Ribagorza con sede en Graus, la actividad se incluye dentro del programa “Conocer Aragón por GR”, promovido por la FAM. En un principio programada para el día 8 de mayo, la existencia de nieve en la parte más alta del itinerario, que entrañaba en esas condiciones algunos riesgos, ha hecho que la excursión se aplace hasta el 29 de mayo, domingo para el que finalmente ha quedado fijada.

El recorrido andando se inicia en el dolmen de Tella, situado aproximadamente a 1.250 m. de altitud, a un kilómetro del pueblo de dicho nombre, hasta donde llega una estrecha y sinuosa carretera que asciende desde el Hospital de Tella, junto a la carretera A-138 que lleva de Aínsa a Francia por el túnel de Bielsa. El dolmen de Tella, también conocido en la zona como Losa La Campa o Piedra Vasar, es un destacado monumento megalítico que sirvió como lugar de enterramiento en época prehistórica. Desde allí, y siempre atentos a las marcas rojiblancas del GR, el camino inicia su ascenso por un bosque de pinos que se convierte más tarde en una zona algo más rocosa, abierta enseguida a amplios espacios de erizones y lajas. Poco después, divisaremos en lo alto el ancho collado que nos permitirá cambiar de vertiente. En esta zona encontraremos la llamada Fuen del Trucho, un abrevadero para el ganado que frecuenta estos espacios desde el inicio de la primavera hasta ya entrado el otoño. La Portiella de Tella, también denominada a veces en masculino como el Portiello o el Portillón de Tella, se encuentra a 2.067 m. de altitud y se enmarca entre la Pala de Montinier, a 2.593 m., y el pico La Altura, a 2.207 m. La subida desde el dolmen tiene un desnivel de 817 m. y se hace, sin apresurarse, en alrededor de tres horas.

Desde lo alto del Portiello las vistas son excepcionales. Hacia el sur, a espaldas de nuestra ascensión, el valle del Cinca, Cotiella, Punta Llerga, Peña Montañesa, Castillo Mayor o las gargantas de Escuaín excavadas por el río Yaga. A nuestro frente, hacia el norte, La Munia, Rubiñera, Punta Suelza o Punta el Cuezo.

El descenso se inicia por terreno abierto y de manera bastante pronunciada, con grandes rocas entre la tasca, hasta llegar a un prado a cuya izquierda veremos el refugio libre de Montinier. Seguiremos por un camino algo pedregoso hasta otro pequeño prado en el que se halla la borda de Musilié, desde donde el camino transita siempre por un precioso bosque, septentrional y húmedo, de pinos, abetos y algunos acebos. Ya casi al final de la bajada llegaremos al cruce con el PR-HU 137, que va desde el embalse de Pineta a Tella por el canal del Cinca, y al Mirador de Bielsa (con un par de mesas interpretativas y bancos y vallas de madera). Siguiendo por el GR-19.1, llegaremos enseguida a Bielsa (1.024 m.), a cuyo casco urbano entraremos por el sur tras cruzar un puente de madera. La bajada, con un desnivel de 1.135 m., nos habrá costado algo más de tres horas.

Datos útiles:
Desnivel+: 817 m.
Desnivel-: 1135 m.
Distancia: 12,5 km aprox.
Duración de la excursión: Unas 7 horas con paradas.
Fecha y lugar de salida: Domingo, 29 de mayo, 7 h. Glorieta Joaquín Costa de Graus. Desplazamiento en autobús.
Inicio de la excursión: 9 h. aprox.
Precio: Socios CER 15€; no socios 18€. Seguro de excursión obligatorio para los no federados: 2,5€. El pago puede efectuarse en el autobús al inicio de la excursión.
Inscripción: E-mail centro.excursionista.ribagorza@hotmail.com o teléfonos 696 86 73 42 (Carlos) o 667 20 97 74 (Ana). Plazo máximo: jueves 26 de mayo a las 21 h.


Carlos Bravo Suárez
(Centro Excursionista Ribagorza)

Artículo publicado hoy en el suplemento "Aragón, un país de montañas", de Heraldo de Aragón.

Fotos por orden de itinerario, tomadas el 10 de octubre de 2015.

SIN DESTINO

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Sin destino”. Imre Kertész. Acantilado. 2009. 14ª Edición. 264 páginas.

El reciente fallecimiento de Imre Kertész (Budapest, 1929 – 2016) es una buena ocasión para leer, o releer, la obra literaria de este gran escritor judío y húngaro, que recibió el Premio Nobel de Literatura en el año 2002. Sus libros han sido publicados en España por la editorial Acantilado. La primera y más importante de sus obras literarias fue “Sin destino”, una novela en la que su autor trabajó durante quince años y que pasó sin pena ni gloria cuando se publicó en Hungría en 1975. Después de la caída de la dictadura comunista, que siempre ninguneó ignominiosamente a Kertész, su obra comenzó a difundirse en Alemania y en el resto de Europa, y “Sin destino” fue adquiriendo la valoración de indiscutible obra maestra. En España, fue publicada en 2001 por Acantilado y ha tenido sucesivas reediciones. La traducción es de Judith Xantus, con la revisión de Adan Kovacsics, principal especialista mundial en la obra de Kertész.

Aunque basada en la peripecia personal del autor en los campos de concentración nazis, “Sin destino” no es del todo una novela autobiográfica. Su protagonista es György Köves, un adolescente judío de 15 años que en 1944 es deportado desde el Budapest ocupado por los nazis al campo de exterminio de Auschwitz, donde solo permanece tres días, y a los campos de trabajo de Zeitz y Buchenwald, de donde consigue salir vivo tras la liberación por las tropas estadounidenses en abril de 1945. En los primeros capítulos, György vive la despedida del padre, que es también enviado a un campo nazi (luego nos enteramos de que se trata de Mauthausen), junto a su madrastra y el resto de la familia, judía pero escasamente practicante en lo religioso. Cuando empieza a descubrir el placer de los besos con una niña vecina y a trabajar forzosamente en una fábrica de las afueras, es obligado a ir a los campos regentados por los alemanes, en los que transcurre casi toda la novela. En Auschwitz, salva la vida porque cuando forma en la fila de selección, y siguiendo los consejos de unos prisioneros más veteranos, dice a los guardianes que tiene 16 años y no los 15 que tiene en realidad. Eso hace que los alemanes lo manden al campo de trabajo de Buchenwald y no directamente a la cámara de gas del propio Auschwitz.

Lo que más sorprende de “Sin destino”, y lo que ha suscitado más de una reacción de rechazo,es el tono apático y resignado, aparentemente falto de cualquier crítica, con el que György encara su condición de prisionero. Una visión fría, objetiva y distante, que contrasta con la brutalidad y la sordidez de las situaciones extremas que narra. Es este aspecto, esa falta de acusaciones o lamentos del protagonista, el que hace de “Sin destino” una narración diferente a cualquier otra de las inscritas dentro de la llamada literatura del Holocausto. Difícil de entender para el lector, como para sus interlocutores en la novela, son algunas de las afirmaciones de György al final de su relato: “Incluso allá, al lado de las chimeneas había habido, entre las torturas, en los intervalos de las torturas, algo que se parecía a la felicidad”. Así ha matizado estas frases el propio escritor en algunos textos posteriores: “Experimenté mis momentos más radicales de felicidad en el campo de concentración […] Estar muy cerca de la muerte es también una especie de felicidad. Sólo sobrevivir se convierte en la mayor libertad de todas”. En cualquier caso, puede verse una simbiosis entre la aparente, y ciertamente para el lector no demasiado comprensible, aceptación resignada de su situación y la necesidad de adaptación a un medio tan hostil para lograr la supervivencia a toda costa. El propio narrador se sorprende: “Nunca lo hubiese creído y, sin embargo, es una verdad como un templo: en ninguna otra circunstancia importa tanto llevar una vida ordenada, ejemplar y hasta virtuosa como estando preso”. Porque además, y en referencia al título de la novela, György afirma que “si existe la libertad entonces no puede existir el destino, por lo tanto, nosotros mismos somos nuestro propio destino”.

Pero, añadida a este aspecto literario diferenciador, en la novela hay una magnífica crónica de la vida en los campos de concentración nazis, contada -no hay que olvidarlo- a través de los ojos de un narrador de solamente 15 años. Allí, el joven descubrirá los humos de las chimeneas de los hornos crematorios y su olor dulzón y pegajoso; la diferencia entre los campos de exterminio y los campos de trabajo; la permanente escasez de comida, la agónica espera de la sopa y el hambre que avasalla los cuerpos y embota las mentes; la existencia de los llamados “musulmanes”, presos esqueléticos que han abandonado ya cualquier deseo de supervivencia; las pulgas, los piojos y las numerosas enfermedades; la torre de Babel de nacionalidades, culturas y lenguas entre los prisioneros (György solo sabe el húngaro, que casi nadie habla y, por suerte, algo de alemán, pero desconoce el yiddish y eso lo aleja en parte de los demás judíos). Solo hay tres formas de evadirse de esa realidad terrible: la huida, el abandono o la imaginación. Y, por descontado, György elegirá la tercera.

“Sin destino” es una lectura casi obligatoria, una de las grandes novelas de la literatura europea del pasado siglo XX.

Carlos Bravo Suárez

LA MUERTE DE ULISES

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La muerte de Ulises”. Petros Márkaris. Tusquets. 2016. 184 páginas.

De Petros Márkaris (Estambul, 1937) ya he reseñado aquí varias novelas protagonizadas por el comisario Costas Jaritos. Márkaris es el escritor griego actual más conocido internacionalmente y sus novelas policiacas del comisario Jaritos son un referente de la novela negra europea de contenido social. Ahora, el prolífico autor heleno, nacido en Estambul y ya casi octogenario, se aparta momentáneamente de la novela para publicar “La muerte de Ulises”, un libro de relatos que en España, como siempre, edita Tusquets en su colección Andanzas, con traducción de Samará Spiliotopulu y Ersi Marina.

“La muerte de Ulises” es un libro compuesto por ocho relatos breves de temática diversa, ambientados en diferentes épocas y de calidad literaria algo desigual. Dos de ellos, el primero y el último (“El asesinato de un inmortal” y “Poemas y crímenes”), están protagonizados de nuevo por el comisario Jaritos, que resuelve, con su ironía habitual, los respectivos asesinatos de un escritor y un director de cine. En ambos, la causa de los crímenes son las envidias y los celos entre artistas del mismo ramo, cosas del oficio. El tercer relato (“En terrenos conocidos”) es otro caso de asesinato, ocurrido esta vez en una comunidad turca en Alemania y relacionado con la construcción de una mezquita. El muerto es amigo del suegro del comisario Murat, un policía turco amigo de Jaritos, con el que trabajó en la novela “Muerte en Estambul” (Tusquets, 2009), que investigará una extraña trama en la que se mezclan los intereses, solo aparentemente opuestos, de grupos de turcos islamistas y de la extrema derecha alemana.

El más largo e intenso, y creo que el mejor desde el punto de vista literario, de los relatos del libro es “Tres días”, en el que se narran los violentos disturbios vividos a principios de septiembre de 1955 en Estambul. Cuando, en el inflamado contexto de la guerra de Chipre entre ambas comunidades, la minoría griega estambulí sufre las iras y la persecución de los turcos que saquean y queman con saña sus casas y comercios. En el relato que da título al libro, encontramos al viejo Ulises, un griego de Estambul que volvió a Grecia en 1965 y ahora ha decidido retornar a la capital turca en la que nació para morir en una residencia de ancianos. Allí, inesperadamente, se enfrentará a los Lobos Grises, una organización paramilitar turca de extrema derecha. En “La destrucción de Pompeya”, un cura que lidera un grupo que recoge ropa vieja para entregar a los emigrantes pobres que llegan a Grecia deberá enfrentarse a unos cuantos xenófobos violentos que le recriminan su ayuda a los extranjeros. “El cadáver y el pozo” es un relato menor con algo de ironía y “Un atentado que llegó tarde” cuenta un fallido complot contra Hitler en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, cuando los nazis ya estaban totalmente derrotados.

Márkaris mezcla de nuevo con su fluidez y habilidad habituales la intriga y la crítica social. Hay referencias a la crisis económica y a los estragos que esta ha causado en la actual sociedad helena. Un ejemplo de ello es el personaje del vendedor de flores de “Poemas y crímenes”, a quien la pérdida del trabajo ha llevado a tener que dormir en la calle y sobrevivir con dificultad, vendiendo rosas a los clientes de los locales nocturnos de Atenas. Temas de actualidad, como la emigración, la xenofobia o la difícil convivencia entre comunidades y etnias distintas, tienen cabida en algunos relatos del libro. También la nostalgia de Estambul, no olvidemos que el propio Márkaris nació en la minoría turca de esta ciudad, está presente sobre todo en el relato que da título al libro: “Los griegos de Estambul tienen dos edades. La primera cuenta desde el día de su nacimiento; la segunda, desde el día en que huyeron de Estambul.”

No es este obviamente el mejor libro de Markaris, pero estos ocho cuentos breves que componen “La muerte de Ulises”, aunque tal vez demasiado desiguales y en general literariamente algo ligeros, mantienen la habitual amenidad del escritor griego y entretienen al lector, mientras le muestran algunos de los conflictos y problemas que acucian hoy a la sociedad helena contemporánea y también, en buena medida, a la desorientada y perpleja sociedad europea en su conjunto.

Carlos Bravo Suárez

LOS CIERVOS LLEGAN SIN AVISAR

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Los ciervos llegan sin avisar”. Berna González Harbour. RBA Libros. 2015. 224 páginas.

Berna González Harbour (Santander, 1966) es una destacada periodista que ha trabajado en la sección internacional de “El País”, diario en el que publica artículos de actualidad y de cuyo suplemento literario “Babelia” es actualmente editora. Colabora también en algunos programas radiofónicos de la cadena SER y en los últimos años ha publicado tres novelas que pueden inscribirse dentro del género negro. Las dos primeras, “Verano en rojo” y “Margen de error”, publicadas por RBA en 2012 y 2014 respectivamente, están protagonizadas por la comisaria María Ruiz, personaje que no aparece en “Los ciervos llegan sin avisar” (RBA, 2015), última novela hasta la fecha de la periodista y escritora santanderina.

Aunque puede incluirse dentro del género,“Los ciervos llegan sin avisar” no es una novela negra al uso. Su protagonista es Carmen, una economista en paro, separada y con un hijo, que ha pasado de una situación boyante y un buen puesto en un banco como analista financiera a tener que afrontar con precariedad creciente el pago de una hipoteca y los gastos indispensables de la vida cotidiana. En esos momentos de adversidad y problemas laborales y familiares, Carmen recuerda un episodio confuso que vivió veinte años atrás y que ahora parece atormentarla. Conduciendo por una carretera cercana a una población donde pasaba algunos veranos en casa de unos familiares, se topó con un accidente de tráfico en el que un camión se salió de la carretera en una larga recta. Antes de que la guardia civil se presentara en el lugar, Carmen llegó a decir algunas palabras al camionero agonizante y se llevó con ella una foto de un niño que se había desprendido de la cabina del vehículo accidentado. También creyó ver alguna sombra en movimiento entre unas plantas temblonas cercanas. Sin embargo, continuó su camino sin volver a saber nunca más nada de aquel suceso y sin saber si el conductor del camión había muerto o no. Ahora que su vida está en una encrucijada y llena de problemas, decide escapar unos días de Madrid y visitar el pueblo próximo a la carretera junto al que ocurrió aquel extraño accidente. Allí, se instala momentáneamente en un hostal de carretera, que encubre funciones de prostíbulo, y comienza a investigar por su cuenta sobre aquel hecho lejano. Pronto descubre que en esas fechas se produjo allí otro trágico accidente y conoce a varias personas vinculadas a aquellos sucesos aparentemente desconectados entre sí.

Ambientada en sus inicios en Madrid y posteriormente en lugares más o menos indeterminados de la geografía palentina y cántabra, la novela está narrada en primera persona por la propia Carmen, aunque ocasionalmente se suman a la suya, de manera mucho más breve, las voces de otros personajes secundarios. Algo alejada de lo más puramente negro y policiaco de las dos anteriores novelas de la autora, “Los ciervos llegan sin avisar” incide también de forma destacada en los aspectos más sociales y en las dramáticas consecuencias que la reciente crisis económica ha tenido para casi todos los sectores de la sociedad española. Así ocurre tanto con algunos personajes de las zonas más rurales de la novela, con cutres bares de carretera y arruinados polígonos industriales, como con la propia protagonista y sus amigos, que de repente han visto menguar drásticamente sus ingresos y su poder adquisitivo. Lo explica la narradora en los inicios de su relato: “Duele pasar de ser un alto cargo con ropa de marca, una hipoteca alta y puentes haciendo esquí a vigilar cada euro de una cuenta corriente que se desintegra como esa nieve de Baqueira que observábamos mientras nos tomábamos un Martini al sol. No es fácil que se aproxime el próximo plazo de la hipoteca y saber que en la cuenta solo queda la mitad de la cuota mensual.”

Con pocos elementos de partida y en escenarios alejados de la gran ciudad, con una investigación que no cuenta con policías ni delincuentes al uso, Berna González Harbourha conseguido una novela sencilla y personal, de aromas realistas y creíbles, con una trama interesante y una intriga suficientemente atractiva para mantener de principio a fin la atención del lector. Y, además, ha logrado incluir en su relato algunos de los problemas más acuciantes de la sociedad española actual y muchos de los efectos que la crisis económica ha tenido sobre ella en los últimos tiempos.

Carlos Bravo Suárez


REPARAR A LOS VIVOS

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 “Reparar a los vivos”. Maylis de Kerangal. Anagrama. 2015. 248 páginas.

Reparar a los vivos”, de Maylis de Kerengal (Toulon, 1967) fue uno de los fenómenos literarios franceses de 2014. La novela obtuvo importantes premios y una enorme repercusión mediática en el país vecino. El año pasado, y con traducción de Javier Albiñana, el libro fue editado en España por Anagrama, que ya había publicado en 2013 “Nacimiento de un puente”, la anterior novela de la escritora francesa que llegó a la narrativa tras perder su trabajo como documentalista de artículos de viajes en la conocida editorial Gallimard.

Reparar a los vivos” cuenta, con minuciosa precisión cronológica y gran profundidad literaria, la crónica novelada de un trasplante de corazón. Simon Limbres es un joven de 18 años que sufre un accidente de circulación cuando vuelve de practicar surf con unos amigos. El chico queda en estado de coma y clínicamente muerto tras el tremendo choque de su camioneta contra un árbol. A pesar de la muerte cerebral, su corazón queda intacto y los médicos del hospital al que es trasladado empiezan a pensar en la posibilidad de trasplantarlo a alguno de los enfermos que esperan uno de esos órganos para poder salvar su vida. Ese proceso médico y las diferentes personas que intervienen en él serán los protagonistas de la novela: los padres del fallecido (sobre todo, la madre), que en estado de shock tienen que dar su consentimiento para la donación; su novia, ajena a todo hasta el último momento; los médicos y los enfermeros que llevan a cabo la operación en su proceso completo de principio a fin; o la, tal vez poco desarrollada desde el punto de vista literario, esperanzada receptora del joven corazón del muerto. Todos ellos son los sucesivos personajes de la novela y de cada uno se da alguna pincelada de su personalidad, aunque el relato se centre sobre todo en el papel que desempeña cada cual en la delicada operación de trasplante que se va a llevar a cabo.

Con un estilo cargado de coordinación y yuxtaposición, y con gran riqueza de vocabulario, Maylis de Kerangal consigue convertir en literatura con mayúsculas lo que se podría haber quedado en una fría e insípida crónica médica. La propia escritora ha explicado la génesis de su novela y cómo decidió convertir en héroes literarios a esos héroes anónimos que hacen posible el milagro de la salvación de vidas por medio de los trasplantes de órganos: “Conocí a un enfermero coordinador de trasplantes encargado de recoger el consentimiento de las familias, en pleno duelo. Quedé conmocionada. Hay una forma de heroísmo discreto en los donantes de órganos que me parece mucho más interesante que algunas figuras espectaculares de las que se nos habla sin cesar”.

Profesionales de la medicina que tienen su vida privada, sus problemas, sus aficiones, sus filias y sus fobias; pero que trabajan con dedicación concienzuda para que las más avanzadas técnicas modernas puedan aplicarse con éxito en delicadas y difíciles operaciones de quirófano. Jóvenes muertos en la flor de la vida y padres y familiares destrozados que permiten la donación tras recibir la trágica noticia de una pérdida inesperada. Y la muerte que, en sorprendente paradoja, acaba dando vida y permitiendo la continuidad de la cadena de la existencia. Como el ave fénix que renace de sus cenizas, el corazón del ser humano es, en esta hermosa novela, metáfora, motor y concatenación.

El trasplante del corazón humano como epopeya del ser humano -explica la autora- me interesaba desde hacía años. El corazón que es un músculo, con todo lo material que esto conlleva y, a la vez, es otra cosa. Me vino la idea de partir de la epopeya griega para crear un enlace con nuestra época. El corazón es también el lugar del amor en nuestra cultura cristiana. El corazón del hombre es el lugar del afecto, del heroísmo, del coraje, es toda la historia de los cantares de gesta, lo que se llama el amor cortés y en catalán el fin amor. Había escuchado alguno de estos textos mientras escribía. Textos que hablaban de conquistar el corazón de una mujer. Entendí entonces que el corazón tenía esta doble dimensión. Interrogar las emociones, los afectos, e interrogar el cuerpo como una estructura físico-química de órganos".

Mientras la ciudad bulle y se apasiona con un partido de fútbol de selecciones nacionales que casi la paraliza por completo, en dos quirófanos no demasiado alejados, tiene lugar este milagro de la vida y de la muerte que Maylis de Kerengal ha recreado en una novela que une, con absoluta eficacia y maestría, el rigor y la documentación de lo científico con la belleza y el poder estético de la mejor literatura.

Carlos Bravo Suárez





H DE HALCÓN

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H de halcón”. Helen MacDonald. Ático de libros. 2015. 384 páginas.

“H de halcón” es una novela diferente y poco convencional que ha obtenido varios importantes galardones literarios en el Reino Unido y un sorprendente éxito de ventas en el mundo anglosajón. Su autora es Helen MacDonald (Chertsey, Reino Unido, 1970), historiadora y profesora en Cambridge, ilustradora, poeta y gran aficionada a la cetrería. Además de algunos poemas anteriores, MacDonald publicó en 2006 el libro “Falcon”, una historia cultural de los halcones. En 2014, apareció en Inglaterra “H de halcón” y su extraordinaria acogida hizo que se tradujera enseguida a varios idiomas. En España, fue editado a finales de 2015 por Ático de libros, con una meritoria traducción, nada fácil por la abundante y compleja terminología específica del mundo de la cetrería, de Joan Eloi Roca.

“H de halcón” puede inscribirse en lo que se ha venido en llamar autoficción literaria; aunque en este caso tal vez podría hablarse directamente de un texto autobiográfico. El principal, y casi único, personaje del libro es la propia autora: narradora, en primera persona y con su propio nombre, de la historia. El otro personaje, tan principal como la narradora, es el azor, pues, a pesar del título, el ave rapaz que acompaña a Helen en el relato no es un halcón sino un azor, un azor hembra. Y entre ambos, mujer y azor, se teje una hermosa y fascinante historia, llena de intimismo, belleza y poesía.

Y, según la propia autora, una historia verdadera: "Tan verdadera que me pasó a mi. En 2007, después de la repentina muerte de mi padre, me compré un azor criado en cautividad para entrenarlo como una forma de escapar a mi dolor. Le llamé Mabely le vi volar y cazar como un pájaro salvaje a lo largo de lo que quedaba de otoño y durante todo el invierno. Fueron días extraños, hermosos y muy oscuros. Hacia el final de ese año comencé a darme cuenta de que aquella historia era más grande que yo. Lo que había sucedido no trataba sólo acerca de una mujer afligida y un pájaro. Trataba del amor, la pérdida, de la vida y la muerte, de la forma en que nos relacionamos con el mundo natural. Decidí que tenía que escribirlo. Pero me tomó cinco años empezar. Necesitaba distancia emocional".

Para conjurar el profundo dolor producido por la muerte repentina de su padre (el fotógrafo Alisdair MacDonald), Helen compra un azor y se dedica a adiestrarlo con tesón y gran paciencia, palabra que ella misma destaca como derivada de “patior”, que significa sufrimiento. Bautiza a su pájaro como Mabel (que relaciona con “amable”, aunque los cetreros creen que el carácter de los azores acostumbra a ser opuesto al nombre que se les da) y la saca a volar por los campos y bosques cercanos a Cambridge, que aparecen descritos con primor y gran belleza en las páginas del libro. Son los paisajes de la vieja Inglaterra, que parecen anteriores a la modernidad industrial y que, turbando la placidez de Helen, remiten a algún personaje de fugaz aparición y tintes racistas a una esencia británica anterior a la inmigración de los tiempos presentes.

Pero el tema principal, y casi único, es el entrenamiento del azor, un animal difícil, temperamental, con irrefrenables instintos asesinos hacia sus víctimas. En alguna de las varias entrevistas que la escritora concedió en su visita promocional a nuestro país, explica con precisión su extraña relación con el pájaro: “Domar y entrenar al halcón fue una distracción profunda y yo misma me fui transformando poco a poco en 'salvaje' mientras corría a través de colinas y campos locales persiguiendo a Mabel mientras cazaba su propia comida. Yo quería ser como mi halcón. Solitaria, dueña de mí misma y feroz. Finalmente me di cuenta de que había ido demasiado lejos en mi salvajismo. Necesitaba experimentar el dolor que había estado reprimiendo, y volver al mundo de los humanos que había dejado atrás”.

Dividido en dos partes, el relato va alternando las experiencias presentes de Helen y Mabel con abundantes y prolongadas referencias T. H. White y, principalmente, a su libro “The Goshawk” de 1951, en el que el extravagante escritor británico narra su fallido adiestramiento de otro azor y cuyos errores sirven de guía a Helen para procurar no repetirlos.

Aunque por su aparente sencillez argumental y su considerable extensión, “H de halcón” pueda parecer una narración lenta o pesada, y aun con la abundante terminología cetrera desconocida para el profano, el libro puede atrapar a cualquier lector. No solo por la historia que cuenta, sino por su gran calidad literaria, la belleza de las descripciones de paisajes y estados de ánimo y el profundo lirismo que subyace en sus páginas.

Carlos Bravo Suárez

PARIS-AUSTERLITZ

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    “Paris-Austerlitz”. Rafael Chirbes. Anagrama. 2016. 160 páginas.

“Paris-Austerlitz” es la novela póstuma de Rafael Chirbes (Tabernes de Valldigna, Valencia, 1949 – 2015). Durante casi veinte años, desde octubre de 1996 hasta mayo de 2015, Chirbes estuvo trabajando en la redacción de este libro, que dio por acabado tan solo tres meses antes de su muerte. Durante este largo periodo de gestación, el escritor valenciano fue publicando otras novelas que lo consagraron como uno de los grandes autores de la literatura española contemporánea. Sobre todo, sus dos últimas obras editadas en vida: “Crematorio” (2007) y “En la orilla” (2013), dos novelas en las que se mostraba, con enorme maestría literaria, la corrupción política y económica y el vergonzoso desierto moral que han imperado en las últimas décadas en nuestro país. Sin embargo, “Paris-Austerlitz” poco tiene que ver con esos libros y sus contenidos. Para encontrar parecidos temáticos y conexiones literarias es necesario remontarse más bien a sus primeras obras, principalmente a “Mimoun”, una nouvelle, o novela corta, ambientada en Marruecos con la que inició su carrera como escritor en 1988. De esta manera, la dilatada obra narrativa del escritor valenciano puede enmarcarse en una sugerente trayectoria literaria de estructura circular.

“Paris-Austerlitz” cuenta una intensa y profunda historia de amor, una pasión abrasiva y voraz, portadora de emociones contradictorias y extremas, que tanto iluminan como extenúan a los dos personajes que la viven por un tiempo sin concesión ni tregua. El narrador es un joven pintor español que escapa de su adinerada familia en Madrid para instalarse en la bohemia parisina y abrirse allí camino como artista. Tras ser echado del piso que compartía por no poder pagar su parte, es acogido por Michel, un trabajador francés que le lleva más de treinta años y vive en un pequeño y oscuro piso en un barrio obrero de la periferia de París. Ambos viven un rápido y apasionado enamoramiento, con euforias de alcohol y sexo y dependencias afectivas crecientes. Tras la inicial pasión devoradora, pronto se manifestarán las divergencias: las diferencias de edad y de procedencia social y cultural, la posesividad casi asfixiante frente a los deseos más individuales y egoístas, la intemperie y el desamparo frente a las espaldas cubiertas en la retaguardia, la bohemia negra y proletaria frente a la dorada y pasajera, el camino sin retorno frente a la garantizada vuelta al lugar de origen. Paris y la estación de Austerlitz. La espera de la muerte y casi toda la vida por delante.

La novela comienza con una visita del narrador a Michel que está ingresado en un hospital parisino, aquejado de una enfermedad que siempre es nombrada como “la plaga”, aunque todos sabemos que se refiere al SIDA. El joven español irá alternando en su narración sucesivas visitas al hospital con momentos revividos de su intensa relación con el obrero francés. Los demás personajes de la obra son muy secundarios: las ex parejas de Michel (Jeanine, Ahmed y Antonio), su nuevo amigo (Jaime), la madre del narrador cuando visita París, la anterior pareja del joven (Bernardo) o el dueño del cutre bar parisino donde Michel se emborracha muchas noches. No hace falta más para construir una novela corta redonda, llena de autenticidad y fuerza, en la que nada sobra ni nada falta, ni siquiera en ese final que algunos han considerado abrupto y no lo es. Una novela escrita con una prosa que se ajusta a cada necesidad del relato, que combina la sintaxis larga e impecable con los diálogos pertinentes y las necesarias intervenciones de Michel en lengua francesa, que alterna la crudeza y turbiedad de las descripciones de las escenas de sexo con las alusiones a la pasión amorosa en su vertiente más profunda y literaria: “Sin el fuego del amor, cielos vacíos, mares muertos, naturaleza sin flores. Esa idea que yo creo que nos contagiaron románticos y surrealistas”.

Un amor, de reminiscencias cernudianas, que contrapone la realidad y el deseo, la literatura y la vida: “El loco amor de los poetas surrealistas y la realidad miserable de cualquier pareja con su egoísta estrechez de miras”. O tal vez, como dice el personaje Bernardo, “el amor es un feliz engaño al que uno se somete de buena gana. Incluso alientas el engaño, echas leña a la hoguera si ves que decrece, puro trampantojo, reino de la arbitrariedad, y, desde luego, reñido con la lucidez de cualquier análisis, te entregas o no te entregas: fuego que se enciende porque sí y se extingue no se sabe por qué”.

Después de dos grandes novelas de aliento social y colectivo, Chirbes ha cerrado su brillante carrera literaria con una novela intima, individual, en gran medida confesional e introspectiva, pero de una intensidad y una fuerza literarias que no la hacen desmerecer en absoluto frente a las que le dieron la fama y el merecido reconocimiento antes de que todo lo truncara su precipitada muerte.

Carlos Bravo Suárez

EL DESLUMBRANTE DESCUBRIMIENTO DE LUCIA BERLIN

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Manual para mujeres de la limpieza”. Lucia Berlin. Alfaguara. 2016. 432 páginas.

Lucia Berlin (Juneau, Alaska, 1936 - Marina del Rey, California, 2004)tuvo una vida de película. Hija de un ingeniero de minas y de una madre alcohólica y racista, nació en Alaska, vivió parte de su infancia en El Paso (Texas) con un estrafalario abuelo dentista, pasó la adolescencia y primera juventud en Chile como una señorita de clase alta, sufrió una escoliosis que le obligó durante años a utilizar un corsé ortopédico, retornó a Estados Unidos y estudió en la Universidad de Nuevo México donde tuvo como profesor a Ramón J. Sender, se casó a los 19 años y tuvo dos niños, se divorció y volvió a casarse con un músico de jazz al que abandonó por un amigo de su marido también músico de jazz y que resultó ser adicto a la heroína, tuvo otros dos hijos, pasó apuros económicos y realizó diversos trabajos como mujer de la limpieza o recepcionista en un centro médico, cayó en el alcoholismo y estuvo en varios centros de desintoxicación, pasó un tiempo en México con una hermana enferma terminal de cáncer de pulmón, vivió en una autocaravana, trabajó como profesora en la Universidad de Colorado y acabó viviendo en el garaje acondicionado como vivienda anexa de la casa de uno de sus hijos en Los Ángeles, donde murió con un libro en la mano a los 68 años.

Durante todo ese tiempo, y siempre inspirada en sus propias vivencias, Lucia Berlin escribió un total de 77 relatos breves. Aunque en vida publicó varios libros en editoriales pequeñas y en algunas revistas, su gran descubrimiento como escritora excepcional se produjo el pasado año cuando la importante editorial Farrar Staus and Giroux publicó en Estados Unidos “Manual para mujeres de la limpieza”, una colección de sus mejores relatos que alcanzó enseguida un enorme éxito de crítica y ventas. En España el libro ha sido editado recientemente por Alfaguara con una espléndida traducción de Eugenia Vázquez Nacarino.

“Manual para mujeres de la limpieza” contiene 43 relatos, más de la mitad de los que escribió su autora en vida, y toma el título de uno de ellos, en el que Berlin cuenta sus experiencias en uno de sus empleos eventuales como trabajadora de la limpieza a domicilio. Se trata de unos relatos siempre conectados entre sí, que permiten seguir la vida itinerante e intensa de Lucia Berlin desde la infancia hasta prácticamente los días previos a su muerte. Son unas narraciones deslumbrantes, magníficas, excepcionales, escritas con una mezcla de intensidad, naturalidad y fluidez muy poco comunes. Combinando gran variedad de recursos y con una prosa ágil y directa, Lucia Berlin nos sumerge en unas experiencias vitales de gran dureza, donde encontramos alcoholismo, adicción a drogas duras, sordidez o marginación, pero también ternura, poesía, humor, melancolía y lucha por la vida. Podríamos usar, y no sería equivocado, el viejo término de realismo sucio para intentar etiquetar estos cuentos excepcionales; aunque la literatura de esta escritora única y extraordinaria no encaja del todo en ninguna etiqueta demasiado reduccionista o encasilladora.

La completa edición de Alfaguara contiene dos prólogos: uno de la escritora Lydia Davis y otro del editor Stephen Emerson. Davis empieza el suyo con este certero y descriptivo párrafo: “Las historias de Lucia Berlin son eléctricas, vibran y chisporrotean como unos cables pelados al tocarse. Y la mente del lector, seducida, fascinada, recibe la descarga, las sinapsis se disparan. Así nos gusta estar cuando leemos. Con el cerebro en funcionamiento, sintiendo latir el corazón”.

Aunque hay influencias y conexiones literarias evidentes en la narrativa de Berlin, tal vez sean dos las que más destaquen entre todas ellas: el clásico Chejov y el contemporáneo y paisano Raymond Carver. En cualquier caso, hay que insistir en la condición única de las historias de Lucia Berlin. Y concluir afirmando, sin temor a exagerar, que constituye sin duda uno de los grandes descubrimientos literarios de los últimos tiempos.

Carlos Bravo Suárez

EL DESORDEN QUE DEJAS

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El desorden que dejas”. Carlos Montero. Espasa. 2016. 408 páginas.

El desorden que dejas” es un intenso y absorbente trhiller psicológico, narrado con ritmo frenético, que mantiene la intriga de principio a fin, con giros y quiebros argumentales inesperados y sorpresas continuas hasta el encaje final de todas las piezas que componen el complejo y perverso puzzle que constituye la novela. Tal vez demasiado forzado en algunos momentos, el relato es ágil, de prosa sencilla, rápida y directa, con mucho protagonismo del diálogo, como un guion cinematográfico bien ambientado y convenientemente arropado en lo literario. Aunque sobre este aspecto primen siempre el misterio, la acción, la sorpresa y el suspense, a los que todo queda supeditado.

El desorden que dejas” ha sido la narración ganadora del XX Premio Primavera de Novela cuyo jurado, presidido por Carme Riera, ha destacado “la creación de unos personajes verosímiles y cercanos envueltos en una trama dramática y vertiginosa, ambientada en un instituto gallego y en la que se mezclan intereses y turbios secretos”. Su autor es Carlos Montero (Celanova, Orense, 1972), escritor y guionista de cine y televisión, creador de las populares series “Al salir de clase” y “Física y Química” y autor de guiones de “El Comisario”, “El tiempo entre costuras” o “Apaches”. También del largometraje “Combustión” y de varios cortos, entre los que destaca “Dinero fácil”. Como narrador, publicó en 2012 su primera novela “Los tatuajes no se borran con láser”, que también editó Espasa.

El desorden que dejas” está contada en primera persona por Raquel, una profesora de lengua y literatura que va a la pequeña población gallega de Novariz a suplir a Viruca (Elvira), la anterior profesora de la materia que ha aparecido muerta en un pantano próximo a la localidad y que según todos los indicios se ha suicidado. Raquel se desplaza a Novariz con su marido Germán, que pretende ser escritor y está en el paro. Germán es originario de Novariz, donde su familia regenta un restaurante. Desde el primer momento Raquel es amenazada por algunos alumnos del instituto y empieza a pensar que la muerte de su predecesora tal vez no fuera realmente un suicidio. Pronto la vida de los recién llegados se irá complicando en una enrevesada historia en la que nadie es lo que parece y todos desconfían entre sí.

En algunos momentos tal vez con cierta exageración, y siempre al servicio de la intriga, la novela aborda el tema del acoso y el chantaje al que algunos alumnos despiadados y crueles someten a algunos profesores. Ligado a esta cuestión, aparecen los peligros del uso de ciertas imágenes en las redes sociales y la facilidad con que estas pueden ser utilizadas con fines chantajistas. A ello se añade el culto al cuerpo y las atrevidas prácticas sexuales de los adolescentes, las orgías y perversiones de algunos mayores, el consumo y tráfico de drogas y la pervivencia con nuevas formas del viejo caciquismo de la Galicia rural. Hay en la novela en cierto modo un verdadero catálogo de las pasiones y las debilidades humanas, que encadenan a los personajes en una trama turbia, complicada y perversa, en la que nadie es lo que parece y todo el mundo tiene algo que ocultar. Las dudas se apoderan del lector y de los propios personajes, nadie es de fiar y todos parecen sospechosos por momentos. Pero a la vez todos se necesitan y tienen miedo a perder sus dependencias y relaciones establecidas.

Salvo en algunos pasajes que transcurren en La Coruña, la novela se desarrolla en Novariz, nombre inventado por el autor, pero que, según confiesa él mismo en varias entrevistas, está inspirado en Celanova, pueblo orensano del que es natural. Son reales, sin embargo, muchas de las referencias geográficas que aparecen en la historia, que podría catalogarse como trhiller rural aunque con ingredientes tan modernos que lo alejan por completo de los viejos dramas rurales al uso. Los vicios de Novariz no difieren en nada de los habitualmente presentes en los relatos más urbanos.

Lo dicho, tal vez algo exagerada en algunos aspectos argumentales, pero sin duda una novela absorbente y frenética como pocas.

Carlos Bravo Suárez

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